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𝟎𝟗|     when you die



Habían cosas peores que un rápido viaje a urgencias y un vendaje feo. Al menos, eso pensó Sophia en el camino a casa luego de que le prescribieran pastillas para el dolor.

La suerte estaba de su lado, eso presumía en su cabeza pues no había visto a Carlisle en su visita, aun que no para Helen claramente, pues su madre ya estaba lo suficientemente traumatizada como para dejarla en paz los siguientes días en los que la mantuvo prisionera en la cama, dándole la misma excusa de que no podía «tentar al destino» yendo a trabajar o a la Universidad como alguien normal si es que no quería que los puntos en su cabeza se abrieran y muriera desangrada.

Por más dramática que fuera su madre, necesitaba reposo, y el reposo significaba no poder hablar con los Cullen.

Mientras más lo pensaba, más le hacía doler el estómago: ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Decirle a Ren por mensaje que su hermana loca posiblemente fuera a matarlos? Les había pedido que no se le acercaran y ahí estaba ahora, entrando en pánico con un constante dolor de cabeza por la necesidad de advertirles algo de lo cual no estaba segura en el fondo.

Cada vez que se armaba un mal porro en la madrugada para sentarse en el borde de la ventana con una almohada en culo rogando para no caerse se quedaba pensando:  ¿Alina realmente hubiera matado a los Cullen? Si su hermana hubiera tenido la oportunidad de matarlos a todos ¿Lo hubiera hecho como tanto decía? Era mala cumpliendo su palabra, después de todo había prometido que iba a mejorar en Alaska, y que dejaría atrás ese egoísmo heredado de su padre para poder hacer algo bueno por ella misma, por lo que le costaba creer que esa misma persona estaba prometiendo que mataría a una poderosa familia de criaturas sobrenaturales más poderosos que ella — Mucho esfuerzo para alguien como su hermana menor.

Sin embargo su subconsciente era el que no la dejaba dormir tranquila, esa duda de las capacidades de su hermana, cuestionándose constantemente su peligro real. Sentía que en el fondo no eran los Cullen los que debían tenerle miedo, sino ella misma ante la obsesión que tenía por hacerla parte de un mundo que no pertenecía, uno del que había fantaseado leyendo toda su vida.

Lanzó la lista que había hecho hace semanas en el basurero, aún podía leer lo que había escrito con marcador negro y rojo. Lo único que había tachado era haber comprado una cantidad decente de hierba para no tener que salir, pero lo demás ahora lo miraba sin importancia: Había encontrado a su hermana antes que la policía, pero ya no le quitaba el sueño que Ren se llevara bien con sus amigas de Sacramento, ni tampoco besar a Jasper Hale aún que hubiera pensado bastante al respecto.

¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Escapar de los cuidados asfixiantes de Helen para advertirle a un grupo de vampiros sobre las amenazas de su hermana? Seguramente la odiaban, y no quería probar su suerte una vez más con un bate que no servía mucho de nada más que para dar lástima, por que ya tenía claro que lo de la fuerza era algo que tenía que tener en mente al enfrentarse a un vampiro.

"¿Eso es pizza y cerveza?" preguntó al sentarse en el sofá. No sabía si era cosa de perspectiva, o realmente su vida comenzaba a cambiar demasiado, pero la presencia de su madre ya no le molestaba como lo hacía antes. Tal como ella, Helen no era una persona perfecta, y estaba repleta de errores tal como cualquiera — "¿Quién eres mujer? ¿Qué hiciste con Hell?"

"Pensé que necesitabas un descanso," lo necesitaba, más que nunca "Y creí que podríamos ver una película juntas, como los viejos tiempos."

"¿Es de pepperoni?" preguntó curiosamente, saltando al sofá cerca de su madre "Me has ganado."

De todas las traiciones, la que más le dolía era la de su mejor amiga. No terminaba de entender esa falsa sensación de confianza por la que había caído, y en el fondo, estaba triste por haber perdido una de las mejores amistades de su vida, una por la que hubiera puesto las manos al fuego sin dudarlo un segundo.

"Lou y Agatha van a volver a Sacramento la próxima semana," le comentó su madre mientras tomaba un pedazo de pizza "Están bastante atrasadas con la Universidad."

"Pobres" se encogió de hombros sin mucha culpa, desde que se había ido no había sido capaz de conectar nuevamente con sus amigas, y por más que lo intentara, Fruit Punch no iba a volver a ser lo mismo que antes "¿A ti no te necesitan en el trabajo?"

"Sí, pero no quiero dejarte sola."

"No es necesario, en realidad estoy bien. Lo de hace unos días fue algo que literalmente jamás sucede" se encogió de hombros, deteniéndose a masticar su comida para no hablarle con la boca llena "Sabes que puedo cuidarme sola, voy a retomar mis clases y el trabajo la próxima semana. Quiero hablar con los profesores para extender mis tiempos de entrega en los trabajos."

"¿Realmente no quieres volver a California conmigo?" inquirió su madre nuevamente en tanto negaba casi automáticamente, le había hecho la pregunta tantas veces que ya estaba acostumbrada a decirle que no "Alaska es demasiado helado y solitario para una chica como tú, Sophie. Estás hecha para vivir bajo el sol en toneladas de bloqueador solar."

Lo estaba en efecto, deseaba sentir el sol en la cara aun que le pareciera molesto muchas veces — "Voy a terminar mis estudios aquí, es definitivo, pero creo que si te necesitan en el trabajo, yo no tengo inconveniente alguno en dejarte ir. Estoy bien, en serio."

Mentira, pero cada vez iba mejorando más su técnica en mentir. Nada mas quería alejar a su madre de todo el peligro que no tenía en cuenta.

"¿Aún sigues creyendo que tu hermana va a regresar?"

"No, mamá" tuvo que morder el interior de su mejilla al decirlo "Supongo que estaría bien que volviera, pero cada vez lo veo más imposible. Alaska es despiadada."

Despiadada, esa era la palabra exacta para definir toda la situación que atravesaba por su cuenta: Alina Bliss era despiadada, los Cullen lo habían sido también. Fairbanks era un lugar traicionero, y el frío nunca iba a estar de su lado ahora que sabía toda la verdad.

"Por eso mismo no quiero dejarte sola, cariño" le dijo su madre antes de abrazarla, no pudo evitar poner mala cara al interrumpir en su alimentación "No me gusta la idea de dejarte aquí."

"No estaré sola," le dijo encogiéndose de hombros "Puedo adoptar un perro si te hace sentir mejor."

"Sophia. . ."

"Vamos, no uses ese tono conmigo" se quejó la universitaria en tanto tomaba de su cerveza "Puedo con esto sola mamá, me he cuidado sola desde que era pequeña."

"Sí, pero esto es distinto, he tardado casi cuatro días en llegar aquí en auto" le dijo su madre revelando las mismas preocupaciones que había tenido cuando su hermana le habló de Alaska "¿Y si tienes algún otro accidente? ¿Qué quieres que haga?" preguntó "No puedo perder a otra hija, Sophia, no tienes que cuidarte sola."

"No vas a perderme," se negó, y pareció entender el punto de su madre "Soy como ese dolor en la espalda que no te puedes deshacer, y voy a estar aquí estudiando, te lo juro" — "¿Podrías considerarlo por lo menos? Tarde o temprano tendrás que volver a California."

"Lo sé, pero volveré cuándo tu cabeza esté sana por completo" advirtió la mujer "No voy a irme hasta que estés bien y dejes de fingir que estás enferma para no ir a la Universidad."

"¿Disculpa?" preguntó, y no supo si fue el calor de la cerveza o el nerviosismo, pero terminó con el rostro enrojecido ante la vergüenza de haber sido descubierta "¿Sabías que fingí estar enferma todo este tiempo?"

"¿Es en serio?" le preguntó "Puedo olerte fumando cigarrillos en la madrugada Sophia, y tu apetito no es el de alguien enfermo."

"Bien," dijo nerviosamente "Te prometo que es algo solo del momento."

"No estoy culpándote" —  "Esta es tu manera de lidiar con la pérdida de tu hermana, y lo respeto."


Le daba lástima pensar que Helen seguía convencida de que su hermana estaba muerta cuándo en realidad andaba por la vida asesinando a la gente que le caía mal, pero no lo hubiera dicho solo por el miedo que le provocaba perderla a ella también. Que su madre se quedara en California era casi un seguro para ella, lejos del peligro y el terror del que ella ya no se podía deshacer por que ya no quería perder a más gente que le importaba.

"¿Vas a pensarlo?" preguntó sin querer dejar el tema de lado, dejando la pizza sobre la mesa mientras se limpiaba los dedos con la servilleta "En serio pensarlo Hell, no sé si el trabajo te deje quedarte todo el resto del año."

"Lo voy a pensar Sophia, te lo prometo " murmuró intentando tranquilizar su estrés repentino "¿Podemos ver una película ahora?" —  "Puedes elegir tú."

"Bien, solo por que lo has pedido amablemente" aceptó "Podemos mirar La Cumbre Escarlata."

Había que disfrutar los placeres pequeños de la vida por que últimamente escaseaban, eso se dijo a sí misma mientras se acomodaba sobre el sofá para ver la película favorita de su madre: Los placeres pequeños de la vida escaseaban cada vez más.






Cuándo Alina Bliss murió, creyó que eso iba a ser lo mejor que le podía haber pasado a su hermana mayor.

Fue mientras las llamas la consumían cuando entre los gritos y el insoportable dolor que la atacó en la van comprendió que morir joven era algo parecido a un regalo de la vida, como si siempre hubiera estado destinada a una vida corta, dramática y llena de miserias, y ahora llegaba al final de una mala película.

Había cerrado los ojos con fuerza rogando desmayarse del dolor, y en lo único que pensó mientras dejaba el mundo era en la cara que pondría Sophia al enterarse que había muerto, el dolor en su mirada y lo enojada que iba a estar cuando notara que había salido sin dejar ni una sola nota. Suponía que había muerto ahí, entre medio de las llamas, calcinada, pero luego le revelaron que el que la había matado era Alexander minutos después de arrastrarla fuera del auto, convirtiéndola esa misma noche.

Alina podía ser muchas cosas malas. Era egoísta y manipuladora, pero no tonta, por lo que cuando despertó con los ojos más rojos que la sangre misma, supo que la gente con la que había compartido todo el semestre no eran sus amigos, si no más bien todo lo contrario, tal como le había dicho su hermana una y otra vez tachándolos de basura.

No había duda en que había elegido mal sus amistades, como siempre cometía el mismo error de confiar demasiado en la gente que le daba buena espina para salir herida, le había pasado en Sacramento y volvía a pasarle ahora con su nuevo grupo de amigos que tanto había protegido, solo que ahora estaba a un nivel inimaginable.

Y es que en serio, ¿Quién iba a decir que Alaska iba a ser su lecho de muerte?

Si le hubieras preguntado, nunca hubiera creído que iba a morir en el pueblo más de mierda que se le pudo haber ocurrido, pero ahí estaba, siendo víctima de la mala suerte que la seguía desde California para atormentarla a diario en su agónica vida, por que además de estar en una eterna deuda con Sophia, tenía que también morir justamente en un rincón del mundo apenas poblado por culpa de sus traumas. Era una idiota, una de esas que odiabas por que no pensaba en nadie más que ella misma, y Alina lo sabía bien, estaba al tanto de sus errores y todo lo que había echado a perder.

Por eso hubiera odiado perder la oportunidad que le dieron.

Cuándo los vampiros la volvieron una más, recibió al mundo de la noche como si hubiera sido el suyo, aprendiendo de sus costumbres y disfrutando de los regalos que le daba ser inmortal. Se empapó de su manera de vivir tan extraña en un principio que ahora abrazaba con orgullo, le gustaba la sensación de poder al caminar, cuándo la gente se sentía pequeña en su presencia, le gustaba no recibir miradas que la hicieran sentir nerviosa o en peligro, no muchos lo sabían, pero en el fondo ella era el único peligro al que deberían haberle temido — Caminando por la calle en medio de la noche, acompañado del viento y los ruidos de la oscuridad, el único peligro verdadero era ella y sus amigos.

Esperaba que le tuvieran miedo como ella también lo tuvo.

Además de un fabuloso autocontrol, Alina Bliss tenía un especial amor por matar nada menos que hombres. No muy seguido por el dolor de cabeza que le daba la policía, pero sí lo suficiente como para asesinar a sus abusadores en Los Ángeles y hablar de la muerte como si hubiera sido un proceso más que ya no le quitaba el sueño. Si bien había ganado varias cosas y perdido otras en el proceso, creía firmemente que esa era la mejor versión de si misma, su mejor maldito momento, y no le iban a quitar esa sensasión en el cuerpo de ser invencible.

Se había transformado en alguien que tenía sentido de responsabilidad, de su alrededor y de su vida, dejando atrás su humanidad en el proceso y lo que alguna vez fue. Sophia hubiera estado orgullosa de verla, de saber que el desastre ya no era ella si no otras personas, se hubiera alegrado de ver que tenía responsabilidades, y que dentro de su nuevo aquelarre tenía más poder que el mismo Zachary. No la hubieran reconocido.

Así fue como todo empezó, como una idea pequeña que de pronto tomó mucho sentido, porque convertir a su hermana era una fantasía que solo alguien como ella podía desear, pues nadie en su sano juicio se hubiera llevado a su propia familia a la tumba con una vida semejante. Estupideces te hubiera dicho Alina, ¿Quién decía que ser un Vampiro era algo malo? ¿La moralidad de matar? ¿La vida eterna? Era una bendición, una que quería compartir con Sophia para volverla alguien como ella — La mejor versión de sí misma.

Bajo su propia lógica, si había podido cambiar sin ayuda de nadie, no habia ni una sola traba para que su hermana mayor cambiara cuando era mucho mejor que ella en todo sentido.

Sophia Bliss siempre había sido la hermana perfecta. Una que por más intentara odiar no podía hacerlo por lo buena que siempre había sido con ella a lo largo de su vida, alguien que la ayudo y siempre estuvo ahí con ella cuando se sintió más abandonada. Siempre la de buenas notas, la curiosa, la hermana genial que no aguantaba mierda de los demás — Sophia era la de los consejos dorados y la inteligencia envidiable.

Amaba a su hermana, siempre la amaría porque jamás la vio como una competencia aun que lo usara como una excusa al momento de discutir, porque no había nadie mejor para ella que su hermana mayor, su verdadera superheroína. Por eso no quería dejarla atrás, el tan solo pensar en vivir una eternidad sin su hermana era algo que no la dejaba estar tranquila ni en el día ni la noche.

"Veo que nuevamente llegas sin nadie, Alina" la voz de Zachary se escucho a través de la antigua fabrica abandonada en donde se habían instalado, ligado a ese mismo tono de burla que cada vez la enfurecía más "¿Te esta costando convencer a tu hermanita?"

"Al parecer sí" contestó June por ella, mirando una de las revistas que había comprado en su viaje a Los Ángeles sobre el sofá medio demacrado de color morado "Si no estaría llegando con ella, idiota."

"Estoy hablándole a ella, cállate" gruñó de mala gana "¿Vas a convertirla o no? No tenemos todo el año para esperarla solo porque crees que será valiosa para nosotros."

No pudo evitar rodar los ojos en blanco al escucharlo, pasando por su lado para acomodarse cerca de June como si hubiera tenido que soportar otro ataque de histeria de su parte — "Estoy trabajando en eso" respondió con la misma excusa de siempre "Ya será el momento."

"Me está comenzando a hartar la misma respuesta de siempre" agregó el castaño "Y es curioso, por que yo estoy comenzando a creer que tu hermana no quiere nada de ti."

"Podríamos ayudarte si lo necesitas, incluso la podría transformar yo. . ." se ofreció Lexxie "Es guapa y podría molestar a su noviecito."

"Si vas a hablar de mi hermana, más te vale que la respetes cuando abras tu asquerosa boca" dijo la menor de las Bliss con poca paciencia, y este no pudo reprimir una risa al escuchar como le hablaba — Le había gustado desde que la había visto en Maggie Records alzándole la voz sin miedo a morir "No vas a transformar a nadie, inútil."

Alina estaba acostumbrada a la inmadurez, pero últimamente, con la gente que la rodeaba terminaba enojada. No entendía cómo no se había dado cuenta antes de que no tenían tema de conversación ninguno, pero ahora estaba atascada con un grupo de gente que ya no le caía tan bien como antes, poderosa, pero que no le gustaba.

"Lexxie tiene razón," hablo Zach "Si tú no puedes transformarla que lo haga uno de nosotros."

Si hubiera estado de mejor humor, tal vez hubiera soportado los comentarios de los demás que no aportaban en absolutamente nada, pero Alina estaba furiosa desde que había llegado, lanzando amenazas de muerte contra los Cullen y prometiendo cosas que no estaba segura de poder cumplir.

"¿Por qué estás tan enojada?" preguntó June a su lado, tan suave que la desconcertó de su enojo "Puedo sentirlo."

"No es nada" se adelantó a responder rápidamente, no le gustaban los émpatas ni que June hablara de las cosas que sentía tan deliberadamente "Tengo hambre."

"¿Hay algún problema Alina?"

"¿Es posible deshacernos de los Cullen?" preguntó, sabiendo que no dejarían el tema de lado "Tengo un problema con ellos."

"Entiendo," se burlo el líder de los vampiros con una sonrisa "Tu hermana prefiere a los perfectos Cullen, y quiere seguir siendo una mascota humana."

"Mi hermana no prefiere a los malditos Cullen," respondió la castaña al encender un cigarrillo "Lo que mi hermana prefiere es la vida."

"Si nos ponemos a pensarlo, los Vulturi han estado buscando una excusa hace años para deshacerse de todos ellos" comentó Lexxie "Y ya sabes cómo son."

"¿Hablamos de esta supuesta realeza vampiro?"

"Están enojados desde que los burlaron con la niña extraña que la humana dio a luz," le contó "Los dejaron en ridículo hace años, pero escuché que fue bastante divertido en realidad. Si hay alguien que se encargará de los Cullen esos serán los Vulturi, ellos y su bonita guardia real."

Se quedó pensándolo un rato mientras el cigarrillo se consumía entre sus dedos, si es que hubiera sido buena idea usar a su hermana como excusa para tentar el destino de una extraña familia — Podría haberse dado el trabajo de ir a Italia, de decirles lo que había pasado tal como si hubiera tenido trece años acusándola con Helen, y solo eso hubiera sido un motivo suficiente como para que se deshicieran de ellos sin tener que mover un dedo.

"Ellos y los Denali siempre me han parecido lo más desagradable que existe," admitió Zachary, las bolsas debajo de sus ojos revelaban la pésima alimentación que llevaban solo para mantener un perfil bajo "Siempre fingiendo ser una especie de dioses solo por alimentarse de animales y fingir ser humanos. No tiene nada de interesante ser un estúpido mortal si es que no es con planes tácticos."

Planes tácticos: Eso había sido Alina Bliss para su grupo de amigos todo ese tiempo en que la habían estudiado para volverla una mas de ellos, un plan táctico que ahora ponía problemas para seguir adelante.

"¿Por qué deberíamos hacer todo esto?" preguntó June de mala gana "¿Solo porque quiere pasar más tiempo con su hermana y convertirla en algo que no quiere?"

"Porqué podríamos deshacernos de los Cullen de una vez por todas y quedarnos en Fairbanks como antes" Lexxie pareció leer la mente de Zachary al decirlo "Volver este lugar lo que alguna vez fue, vivir como merecemos."

Todos lo pensaron en un minuto, lo distinto de vida a la que tenían ahora. Tenían algo que ganar en el fondo, además de una buena posición o una hermana — Era el caos que le traería a una familia tan perfecta lo que llamaba más la atención, diversión luego de siglos en el aburrimiento.

A la mierda lo que pudiera pasar, los riesgos y los malos planes.

"Al parecer tendremos que ir a Italia" dijo el líder de los nómadas de Alaska con cierta satisfacción al saber que el seria el que les traería miseria a los Cullen, él y sus amigos.

"¡Por fin!" exclamo June "¡Las vacaciones en Europa que nos merecemos."


La menor de los Bliss sintió la electricidad de su cuerpo gracias a la adrenalina que la atacó en el momento, lo supo mientras miraba a los demás vampiros que la acompañaban: Alina ya no rompía sus promesas, y cuándo decía que iba a destruirlos a todos sin cansacio, era por que en efecto, iba a disfrutar haciéndolo.







Me gusta este capitulo por que Alina en verdad decide mandar todo a la verga e ir con los Vulturi por que: why fucking not? Ademas el Alina pov? primera vez que narro en su personaje y WE STAN.

¿Qué les pareció el capitulo? ¿Se esperaban la decision del Clan de Lina? Uff, queda poco para entrar en la recta final y entrar a un mar de emociones que ya pensarlo me deja quedadaJSJWKDKSK

La meta la mantendré en 43 votos! Gracias por tenerme tanta paciencia y ser buena onda conmigo, tambien arocecho de darles la bienvenida a los lectores nuevos! No se olviden de comentar, votar y darme amor ♥️

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